Para el ascenso aportaron todos, pero mucho tuvo que ver el número dos del país, Federico Zeballos, incluso más que el uno, Hugo Dellien. En todo caso, entre ambos se encargaron de cerrar en cada jornada el triunfo boliviano, sin dejar la definición para los dobles, jugados por Boris Arias y Carlos Taborga.
Zeballos se encargó de abrir los partidos en los primeros singles y cumplió bien en todos. Se notó de su parte un nivel superior. Fue protagonista de los mejores saques, de las mejores devoluciones y las más notables “colocadas”. Jugó bien concentrado, cada día mejor y muy fuerte en todos los sentidos.
Se desempeña profesionalmente en Europa, específicamente en Suiza. Y llegó a ser parte del entrenamiento del famoso español Rafael Nadal, uno de los mejores tenistas del mundo en la actualidad. “La Copa Davis es una competición muy especial, esto no se hace todo el año. Normalmente juegas individualmente, pero este torneo se lo realiza por equipos y eso lo hace muy diferente.
Cada vez que me convocan a la Davis, siempre estoy dispuesto a venir, porque jugar por tu país te da sensaciones diferentes, el saber que juegas por tu nación es muy importante”. Fue uno de los que desde el comienzo manifestó que el Grupo III no era para Bolivia, sino que debía ascender. “Sin embargo, también se dijo que, si bien era el mejor en el Grupo III, era el peor en el Grupo II. Ahora queremos hacer historia y, como primer objetivo, mantenernos en el sitial adonde hemos llegado”.
El tenista destacó el aporte de cada uno de sus compañeros, más allá del buen momento que él atraviesa. “Hugo (Dellien) juega muy bien, recién ganó dos torneos profesionales. Es el mejor de Bolivia en estos momentos. En cuanto a Carlos (Taborga) y Boris (Arias) son nuevos, pero están estudiando en Estados Unidos y ahí se compite muy bien en la universidad”.
Por eso, considera que el tenis boliviano, con estos jugadores y otros que están apareciendo, tiene mucho futuro. “Claro que sí, los chicos en la Davis Junior se clasificaron al Mundial, tanto en damas como en varones, eso nos dice que Bolivia viene con gente desde abajo, así que es muy bueno”.
Uno de los mejores momentos de su vida tenística lo vivió hace poco, “hace unos tres meses, cuando me fui a Mallorca gracias a una beca de la Academia Guillermo Vilas”. Llegó ahí “por medio del entrenador Sergio Sabadello. Le gustó cómo juego y me invitó a su academia y justamente gracias a eso para un entrenamiento con Rafa Nadal”.
Sabadello, quien ahora es su preparador en España, “habló con el entrenador de Rafa, Toni Nadal, y él le preguntó si tenía a algún jugador de buen nivel para que pudiera practicar, así que me llamó. Fue algo increíble, no me lo esperaba para nada, además eso me sirvió en mi tenis porque entrenar con personas que son tus ídolos no tiene precio, se aprende mucho”.
Pocos han tenido la suerte de vivir esa experiencia. “Me puse muy nervioso, porque es Rafa (sonríe), para muchos el mejor de todos los tiempos, pero el hecho de que es una persona muy sencilla y tranquila me dio confianza para entrenar bien. Practiqué por tres meses con Nadal en su club, que está en Mallorca”.
Después del intenso torneo jugado, Federico Zeballos estará durante una semana en Santa Cruz, junto con su familia. Después volverá a Europa, a seguir jugando en torneos profesionales hasta que Bolivia vuelva a llamarlo.
Nació en Santa Cruz en 1988
Nacimiento
Federico Andrés Zeballos Melgar nació en Santa Cruz el 30 de mayo de 1988. Sus padres son Freddy y Carmen. Y sus hermanas, Fabiana y Noelia.
A los seis años
Empezó en el tenis a los seis años, a los 14 se fue a Argentina para entrenar durante dos temporadas.
Una beca
A los 16 le llamó la Federación Boliviana de Tenis para proponerle una beca en España, donde estuvo por cinco años.
Profesional
Actualmente como profesional compite en Europa.
Bolivia cumplió el objetivo de ascender de forma invicta
Los integrantes del equipo Bolivia de la Copa Davis revelaron el sábado que antes de iniciarse la eliminatoria del Grupo III de la Zona Americana se habían trazado como objetivo a nivel de grupo conseguir el ascenso de manera invicta, y así fue.
Una vez que lo lograron fue el momento de hacerlo público. “Es verdad, deseábamos conseguirlo, porque nunca se hizo algo así en el país y al final gracias a Dios se obtuvo el logro”, dijo Mauricio Solis, el capitán del equipo.
Confiaba mucho en el potencial del equipo, en más de una oportunidad lo expresó durante la semana. También en su fe “en Dios y la Virgen”, por eso durante los cuatro partidos que jugó Bolivia sostuvo en su mano derecha un rosario. “Lo sostenía en las manos porque la ayuda de Dios no está demás”.
Carlos Taborga, uno de los jugadores de dobles, refrendó que “nuestra meta máxima, aparte de ascender de grupo, era conquistar el ascenso de manera invicta. Nos vamos muy contentos”. Objetivo cumplido. Los números, además, respaldaron que Bolivia fue el mejor equipo
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