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sábado, 7 de mayo de 2011

Rafael Nadal consiguió su pase a la final del Masters 1.000 de Madrid después de doblegar al exnúmero uno del mundo, Roger Federer

Rafael Nadal consiguió su pase a la final del Masters 1.000 de Madrid después de doblegar al exnúmero uno del mundo, Roger Federer, por 5-7, 6-1 y 6-3. Los numerosos errores no forzados del helvético, 45, fueron una losa demasiado pesada para el poderoso juego de pista del balear y su temida derecha. En la final, el español se verá las caras con el vencedor del duelo entre Bellucci y Djokovic.
La predilección de Nadal por comenzar los partidos sacando no es algo caprichoso. Una vez más, el de Manacor lo demostró en la pista. Gracias a ellos, un ‘break’ inicial del mallorquín le facilitó ponerse 2-0 en la primera manga. Al tiempo que Federer erraba más de la cuenta con su golpe por excelencia, la derecha, el mallorquín le acribillaba con bolas con mucho peso y altura. El partido, sin mucho ritmo ni apenas intercambios, volaba con un claro dominio para el de Manacor. A pesar de ello, el español, que llegó al ‘deuce’ en los tres primeros servicios de Federer, no terminaba de encontrarse cómodo en la pista.
Los golpes del cinco veces campeón de Roland Garros comenzaron a llevar menos mordiente. Fueron acomodándose al tenis del helvético. Del Federer errático se pasó al tenista agresivo, dominante, que ha hecho historia, lo que le llevó a la rotura de servicio y a la igualada en el marcador. Con 5-5, Nadal tuvo un 0-40 que pudo cambiar el set. Sin embargo, el servicio y la profundidad del juego del suizo hicieron que cerrase el juego y, lo que era peor para los intereses del balear, finiquitase el parcial gracias a un ‘break’ inmediato.
Tras el descanso, el mismo guión, al gusto del manacorense. En este caso, no solo fue una rotura de servicio inicial, sino dos consecutivas. Los dos pasos hacia delante que dio el balear en la pista le colocaron 4-0 suyo. Dominando desde el fondo de la pista, el número uno del mundo ajustó la mira –apenas hizo tres errores no forzados en toda la manga-, siguió mostrándose muy ofensivo con su ‘drive’ y remató la manga con un ‘break’ final que puso el 6-1 en el marcador.
La agresividad del mallorquín contagió al público que abarrotó la Caja Mágica. La grada comenzó a vibrar, a rugir. Los gritos de “vamos Rafa” se adueñaron de la pista central al tiempo que comenzaba el set definitivo. La plasticidad del mejor jugador de la historia frente la solidez desde el fondo de pista del número uno del mundo. Mientras la pista cogía calor, y el techo seguía cubierto, Nadal y Federer mostraban los mejores puntos del duelo.
En el cuarto juego de la tercera manga, el bicampeón de Wimbledon logró su objetivo: lograr la rotura de servicio y romper el set. Una vez consolidado el ‘break’, el suizo lo intentó cubriéndose con su derecha. Sin embargo, Nadal siguió dominando desde el fondo de pista, y obtuvo su propósito: clasificarse por tercer año consecutivo a la final del Masters 1.000 de Madrid.

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