El tenista estadounidense Jack Sock (28° ATP) vivió una pesadilla este jueves en el US Open, durante su encuentro de segunda ronda ante el belga Ruben Bemelmans.
El ascendente jugador de 22 años había ganado los dos primeros sets por 6-4 sobre el europeo, proveniente de las clasificaciones, y todo parecía encaminado a un cómodo triunfo. Sin embargo, la historia tuvo un final totalmente inesperado.
Tras perder el tercer set por 6-3, Sock comenzó a sentirse mal y en el arranque del cuarto parcial cuando caía 2-1 no pudo más. Se desvaneció y no se levantó más.
El jugador fue atendido en el court Grandstand por los asistentes médicos del certamen con evidentes sintomas de un grave golpe de calor (hacían 34°C en ese momento en Flushing Meadows).
Para abandonar la cancha, Sock debió sostenerse en el fisioterapeuta y antes debió recostarse sobre el ardiente cemento del USTA National Center. Dos personas lo llevaron a los camarines ante los aplausos del público local.
Luego del partido, el campeón de dobles en Wimbledon 2014, dijo en un comunicado que sufrió graves calambres y que las altas temperaturas lo complicaron.
Los retiros de jugadores ya son moneda corriente en los primeros días del último Grand Slam del año, pues ya van 14 terminada la ronda de 64, una nueva marca para el certamen.
La polémica ya está instalada, porque los jugadores que pierden en primera ronda se llevan 39.500 dólares. Pese a ello, el físico de los jugadores sufren las consecuencias.
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