Entrando ya en octavos de final, el Abierto de Estados Unidos acumula anécdotas dentro y fuera de las pistas más o menos relacionadas con el tenis, con muchas retiradas, sorpresas, un dron y, por supuesto, Serena Williams.
1. EL NUEVO ESTADIO
Este Abierto de Estados Unidos empezó con una derrota: las obras en el estadio principal, el Arthur Ashe, no se acabaron a tiempo y las 6.500 toneladas de acero que componen el techo retráctil se erigían por encima de la pista pero sin el mecanismo que las hace útiles.
Con todo, y teniendo en cuenta que todavía no ha llovido en el torneo y no ha tenido que sufrir retrasos por esa causa, Serena Williams comentó que el nuevo armazón había dado un toque "más íntimo" a su juego y Novak Djokovic, que como número 1 del mundo ha estado entrenando ahí con carácter prioritario, asegura que el viento, una de las pesadillas de este torneo, se nota menos.
2. RETIRADAS
En la primera ronda del Abierto se produjo un récord; nunca antes había habido tantas retiradas: 10 jugadores en el cuadro masculino y dos del femenino. Hubo muchas lesiones y algunos golpes de calor, pero también se alzaron voces que detrás de esas retiradas se escondía una razón económica, pues ese primer partido se cobra a 39.000 dólares se acabe o no.
Feliciano López habló de que eso atentaba contra la "ética del deporte" pero Rafael Nadal, más terrenal, defendió a esos jugadores que "se han ganado estar en el torneo" y que deciden tirar la toalla. "A ver qué haría la gente que tiene un sueldo normal si se le pusiera esto delante. Ellos son gente normal, no son los jugadores top", dijo.
3. LA ARMADA ESPAÑOLA, MERMADA
Con la épica derrota de su capitán, Rafael Nadal ante el italiano Fabio Fognini y después de que también cayera ante Jeremy Chardy David Ferrer, número siete del mundo, la armada española que llegó con seis jugadores a la tercera ronda se quedó con solo dos representantes en octavos. Lucharán por el honor español Roberto Baustista y Feliciano López. El primero se enfrenta hoy a Novak Djokovic y el segundo a Fognini.
Y en lo femenino, la gran esperanza de Garbiñe Muguruza, número 9 del mundo y que jugó la final de Wimbledon este año, se desvaneció ante la número 97, Johanna Konta, y quedó truncada en la segunda ronda.
4. COCO VANDEWEGHE:
ENTREVISTAS Y RAQUETAS ROTAS
No pasó de la segunda ronda, pero la estadounidense Coco Vandeweghe ha sido una de las jugadoras que más ha dado que hablar en este torneo por dos razones. La primera porque inauguró una temible tendencia al dar una entrevista entre set y set (tiempo en el que los jugadores no pueden hablar ni con sus entrenadores) y con ello se abrió el debate de hasta dónde el tenis tiene que estar rendido al espectáculo.
5. IMPREVISIBLE
Ya lo dijo Tommy Robredo: "En el Abierto de Estados Unidos no hay tiempo para calentar. Quien esté frío se tiene que ir a casa". Y a casa se han ido ya algunos cabezas de serie. Entre ellos, el más destacable ha sido Kei Nishikori, que el año pasado sorprendió por llegar a la final y este año, ya como número 4 del mundo, se pegó el batacazo en la primera ronda.
El ganador inesperado del año pasado, el croata Marin Cilic, tuvo complicaciones con el kazako Mikhail Kukushkin en la tercera ronda, y el anterior vencedor, Rafa Nadal, cayó en tercera ronda, aunque con la solidez de Djokovic y Roger Federer parece que este año podría haber una final entre grandes.
6. SERENA SUPERSTAR
Serena Williams sigue desafiando el paso del tiempo, la guerra de sexos y el binomio de deporte y moda, hasta convertirse en la verdadera estrella del Abierto de Estados Unidos. Sus ruedas de prensa son las más entretenidas y todos asumen que está sola en la cumbre del tenis femenino, lo que ha hecho que las entradas para la final se hayan vendido más rápidas y más caras que las de los hombres.
7. EL DRON
Con todas las medidas de seguridad terrestres que rodean el recinto del Abierto de Estados Unidos, que provocan interminables filas en la entrada, este año la amenaza llegó desde el aire y por control remoto. No pudo faltar el dron en el torneo, aunque a punto estuvo de provocar una desgracia.
La broma, presuntamente llevada a cabo por un profesor de tecnología de Brooklyn de 26 años que ha sido detenido, no causó heridos pero sí la interrupción del partido entre la italiana Flavia Pennetta y la rumana Mónica Niculescu y desató todas las alarmas por un posible atentado.
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