La estadounidense Serena Williams aprovechó a la perfección la oportunidad de disputar la final de Madrid para infligir a la bielorrusa Victoria Azarenka la más humillante derrota de sus enfrentamientos al vencerla por 6-1 y 6-3 hacerse con el título. Serena necesitó únicamente 64 minutos para hacerse con el partido y triunfar por primera vez en Madrid, de donde sale como número seis del mundo. Ganó un cheque de 631.000 euros por haber logrado el título 41 de su palmarés y el segundo este año (Charleston).
Además del título en juego había cierto sabor de desafío en la Caja Mágica. Azarenka, finalista también el pasado año, ha alcanzado la final en ocho de los nueve torneos en los que había participado, ha ganado cuatro títulos en lo que va de sesión, mejor incluso que en el 2011 cuando irrumpió con fuerza (tres).
Llevaba la bielorrusa una marca de 34 victorias y solo dos derrotas este año y 15 semanas como número uno. Cifras demoledoras ante una curtida veterana de 30 años, ocho más que ella, pero a la que todas temen enfrentarse cuando está en forma. Y Serena cumplió en la cita, a pesar de que dio dos veces con los huesos en el azul de la pista Manolo Santana, y a pesar de que ya le quedan pocos retos que lograr. Su poderío es tal que, cuando se encuentra limpia de lesiones, le basta hilar tres partidos seguidos para volver a mostrarse peligrosa y desafiar a todas.
Serena empató ayer con la belga Kim Clijsters y está a solo dos títulos de su hermana Venus en la lista de las jugadoras aún en activo, aunque lejos del récord de la mítica Martina Navratilova con 167.
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