El argentino Juan Martín del Potro, noveno mejor tenista del mundo, es la gran esperanza latinoamericana para un Roland Garros al que llega con gran confianza pero sin la presión de Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer, llamados a luchar por seguir escribiendo la historia con una raqueta.
Desde el ‘top-ten’ y en un año en el que Del Potro está afianzando la seguridad de su juego, el de Tandil sabe que puede soñar con dar la sorpresa en el polvo de ladrillo de París y volver a convertirse en un habitual del olimpo de los elegidos.
"Sé que si sigo mejorando y si sigo jugando bien más adelante puedo ser peligroso para cualquier jugador", decía el argentino en Roma hace apenas diez días, confirmando que no es favorito para nada.
El primero que intentará resquebrajar sus anhelos será el español Albert Montañés, por el lado del cuadro por el que también evolucionarían el croata Marin Cilic, el checo Thomas Berdych y el suizo Roger Federer (con el que se cruzaría teóricamente en cuartos de final) y el serbio Novak Djokovic, mejor tenista del mundo e hipotético rival de Del Potro en semifinales.
La buena noticia es el español Rafael Nadal, al que el propio ‘Delpo’ califica como "el rey del torneo”. Ni David Ferrer, otro especialista en polvo de ladrillo, avanzarán por el otro lado del cuadro y el argentino solo tendría que vérselas contra Nadal en la final, el próximo 10 de junio.
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