Amenazado por la climatología de una primavera extraña, fría y lluviosa, el domingo comienza el Abierto de tenis de Francia en la arcilla de Roland Garros, donde su rey indiscutido, el español Rafael Nadal, N.4 de la ATP y favorito de la prueba, buscará su octavo título parisino, para lo que tendría que vencer en una hipotética semifinal al N.1 del mundo, el serbio Novak Djokovic, quien busca su primera Copa de Los Mosqueteros.
Por su parte, la experimentada estadounidense Serena Williams, la jugadora más eficaz del momento, es la gran candidata en la rama WTA de la prueba.
La defección del escocés Andy Murray (N.2), quien desde hace varias semanas sufre dolores en la espalda, movió el cuadro y 'Rafa' y 'Djoko', finalistas en 2012, no podrán reeditar la final del año pasado.
El serbio, belgradense, de 26 años de edad, se ha fijado Roland-Garros como el gran objetivo para esta temporada pero, para comenzar, su primer gran escollo es el manacorí, de casi 27, sin despreciar a dos jugadores un poco mayores que ellos, el suizo Roger Federer y otro español, David Ferrer, ambos de 31, que circulan por la otra senda del tablero.
Djokovic busca el único título del Grand Slam que le falta, que se ha convertido para él en una verdadera obsesión; Federer, quizás el mejor tenista de todos los tiempos, quiere repetir su título logrado en 2009, único en el torneo del Gran Slam sobre tierra batida, pero no sólo tendrá que mejorar su bajo rendimiento de los últimos tiempos, tras un gran final de temporada el año pasado, sino que Nadal ha sido siempre su 'Bestia Negra'.
En cuanto a Ferrer, semifinalista en 2012, si por ejemplo reeditase en esta quincena su magistral desempeño en la final de la Copa Davis perdida en Praga ante los checos (en que obtuvo los dos puntos españoles en el 3-2 final), está en condiciones de ganarle a cualquiera.
Salvo, quizás, a Nadal. Éste, tras más de siete meses de ausencia del circuito por una rebelde lesión de rodilla, que entre otros lo apeó en el ránking, regresó casi como una aplanadora, y logró ser finalista de los ocho torneos en que participó, ganando seis (los de Indian Wells (USA), Sao Paulo, Acapulco (MEX), Barcelona, Madrid y Roma), cayendo en sólo en dos (Viña del Mar y Montecarlo).
Las apuestas están abiertas, pero el balear paga poco porque una vez más es 'fija' en su jardín parisino.
'Rafa' comienza su andadura en su feudo ante el alemán Daniel Brands, un rival asequible en los papeles. Respecto a su esperado choque de semifinales con el serbio, matiza: "tanto uno como el otro tendremos un camino difícil hasta allí".
El serbio también es cauto. A pesar de su victoria en Montecarlo, también relativiza la situación. "Ganar ante Nadal sobre tierra batida no es algo que se dé todos los días", señaló, añadiendo que aquel partido de la final fue uno de los mejores sobre arcilla de su carrera .
En el tablero femenino, si la tendencia se mantiene y de acuerdo a lo visto recientemente, la gran favorita es la N.1 de la WTA, la estadounidense Serena Williams, quien a pocos meses de cumplir 32 años ha resurgido con toda su técnica y potencia, aplastando a sus rivales, se llamen Maria Sharapova o Vyktoria Azarenka. Tanto la rusa, ganadora en París en 2012, como la bielorrusa, la última en derrotarla antes de una racha que parece interminable, no están en este momento a la altura de la menor de las hermanas norteamericanas.
Williams tratará de reeditar un título que ganó en el ya lejano año 2002, precisamente en una final nunca mejor tildada de 'fratricida' ante su hermana Venus, apenas 15 meses mayor pero actualmente con su estrella languideciendo.
Difícilmente en esta edición del Abierto francés aparezca una 'outsider' como ocurrió con la 'veterana' italiana Francesca Schiavone en 2010 y la china Na Li un año más tarde. Si bien la jerarquía femenina en el circuito suele ser menos rígida, 'a priori', este año no parece prometer grandes sorpresas. Éstas las puede traer el clima, porque frío y lluvia no hacen un buen cocktail con el polvo de ladrillo.
AFP
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