"No tengo nada que lamentar, nunca miro atrás, no sirve de nada lamentarse, llorar", dijo el serbio, que de haber ganado se habría coronado como número 1 del mundo, aunque igual tiene chances, y para eso necesita que Federer le gane el domingo al español Rafael Nadal en la final.
Djokovic aseguró que su rival jugó "un partido increíble (...) quizá es su mejor partido del año, y que "merece la recompensa".
"Estoy viviendo un momento extraordinario, pero esta racha se iba a terminar un día u otro", agregó el de Belgrado, que entiende que la clave del encuentro radicó en que Federer supo "gestionar la presión en los momentos importantes".
Para Djokovic, el hecho de que no tuviera que disputar los cuartos de final por la retirada de Fabio Fognini no tuvo incidencia.
"Estos cuatro días me he entrenado cada día. Cuando estás en un torneo no importa tanto no jugar, estás dentro, concentrado, no te despistas.... tienes tu cotidiano de trabajo", aseguró.
El serbio reconoció que tenía presión añadida por la posibilidad de hacerse con la corona del tenis mundial. "Era muy importante, había muchas cosas en juego", comentó Djokovic en la conferencia de prensa, en la que explicó que se ha retirado del torneo de Queen's para descansar.
Djokovic se quedó a un triunfo de empatar el récord del estadounidense John McEnroe de 42 victorias consecutivas al comienzo de una temporada, y a tres del récord total del argentino Guillermo Vilas (46 éxitos al hilo, en 1977).
El serbio había perdido por última vez justo contra Federer, en dos sets, en semifinales de la Copa Masters de Londres de 2010. Luego ganó sus dos singles y ayudó a que Serbia ganara por primera vez la Copa Davis, en la final contra Francia, en Belgrado.
De ahí en más, Djokovic sumó 43 victorias al hilo, de las cuales 41 fueron este año. En la presente temporada, venía de disputar siete torneos y ganarlos a todos, incluyendo al Abierto de Australia. Además, había superado tres veces a Federer y también venció a Nadal en cuatro finales seguidas.
De esta manera, Nadal sigue sin poder superar, al menos por ahora, la barrera de las semifinales en París, donde cayó ante Nadal en 2007 y 2008, en dos años de los cinco que el español terminó logrando la corona en el Grand Slam francés.
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