El tenista Nro 1 del mundo, el serbio Novak Djokovic, abandonó el entrenamiento de la mañana de ayer en Mónaco entre lágrimas, tras recibir la mala noticia de boca de sus asistentes. A pesar de ello, la organización del torneo anunció que no dejaría de jugar el mismo. El partido programado para la jornada contra el ucraniano Alexandr Dolgopolov estuvo en peligro por las intermitentes lluvias, pero finalmente arrancó con un amplio dominio de su rival: 6-2 en el primer set.
Para vos 'abue'. El punto de quiebre llegó en el segundo set, cuando Djokovic logró un break en el segundo game y lanzó un grito que conmovió a los presentes. El dominio cambió de manos y fue un aluvión para igualar la cuenta en un set por lado gracias a un contudente 6-1.
El tercer set se inició 1-1, pero entonces llegaron más precipitaciones y el juego se interrumpió. Al regresar, ambos mantuvieron sus servicios con cierta comodidad, pero en el noveno game, Djokovic aprovechó un error de su rival para presionar, quedarse con el juego y la chance de definir: 5-4 y su saque. Y en la definición no le dio chances: con dos aces sacó diferencia y selló el 6-4 para obtener la victoria más triste de su carrera, un tributo a su abuelo que se selló con un beso al cielo y un nuevo llanto en pleno court central. La ovación de los testigos le puso el marco de respeto y admiración que merecía.
El resto de la jornada. Por su parte, el francés Jo-Wilfried Tsonga superó al español Fernando Verdasco por 7-6 (6) y 6-2, tras remontar dos set points en contra en el espectacular tie break del primer parcial, en el que perdía 6-4 y terminó venciendo por 8-6.
Andy Murray, cabeza de serie número 3, se clasificó para cuartos de final tras el retiro de su rival, el francés Julien Benneteau, cuando el británico ganaba el primer set por 6-5, por la lesión del tenista galo que se lesionó su tobillo.
Rafael Nadal derrotó sin problemas a Mijail Kukushkin por 6-1 y 6-1 y continúa con su nivel indomable en el abierto de Montecarlo.
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