La final femenina que los aficionados soñaban volver a ver en el Abierto de Estados Unidos, se hizo realidad ayer al repetirse un duelo con sabor a revancha entre la campeona, Serena Williams, y la bielorrusa Victoria Azarenka.
La segunda cabeza de serie pasó a la final al someter por 6-4 y 6-2 a la italiana Flavia Pennetta, la revelación del torneo; y a continuación Williams, primera favorita, confirmó los pronósticos al desarbolar por 6-0 y 6-3 a la china Na li, quinta preclasificada.
Para Azarenka el paso a la final de este domingo fue sudado. Para Williams, una exhibición más. La campeona actual no ha cedido un solo set hasta ahora.
Como sucedió en el duelo de cuartos de final, en el que apisonó a la española Carla Suárez Navarro con doble 6-0, Williams salió imparable en todas las facetas de su juego y no dio opción a Li, que sucumbió en 29 minutos.
Williams, de 31 años, jugará su vigésima primera final en torneos de Grand Slam. Ya ganó dieciséis y ahora busca su quinto título del Abierto estadounidense en dieciocho temporadas como profesional.
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