El serbio Novak Djokovic, número uno mundial, derrotó ayer en la final del Abierto de China (6-2 y 6-2) al español Rafael Nadal y se coronó por sexta vez campeón del torneo pequinés, donde no ha perdido jamás ningún partido (la de este domingo fue su 29 victoria consecutiva en la ciudad).
Ante un Nadal que aún dio batalla en el primer set, y que en el segundo se quejó de molestias en el empeine derecho que forzaron un parón en el juego y la entrada del fisioterapeuta, Djokovic se mostró una vez más intratable y confirmó que es el mejor jugador de la temporada a gran distancia del resto.
Nadal y Djokovic disputaban ayer el duelo número 45 de su carrera -es el duelo más repetido de la historia del tenis moderno-, y por ahora el español lleva una victoria de ventaja (23 suyas por 22 de "Nole").
Sin embargo, cuando se han visto en finales la balanza de momento se decanta para el serbio (13 ganadas por Djokovic, frente a 10 del mallorquín).
Tras el partido, Djokovic aseguró que el español tiene capacidad de regresar a lo más alto, pese a una temporada de discretos resultados. "Es normal sufrir oscilaciones, altibajos, en esta carrera, pero si hay alguien que sabe y puede regresar, es él, teniendo en cuenta su historia", señaló Djokovic tras lograr su sexto título en Pekín, cuarto consecutivo.
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