El español David Ferrer aplastó hoy al checo Tomas Berdych y dejó en manos de Nicolás Almagro la gesta de remontar y ganar en Praga la final de la Copa Davis de tenis.
Ferrer puso el 2-2 en el marcador al aplastar a Berdych por 6-2, 6-3 y 7-5 en apenas 2:25 horas de juego, con lo que la final número 100 de la competición se definirá en el último punto, que enfrenta a los números dos de ambos equipos, Almagro y Radek Stepanek.
Los checos sueñan con lograr su segundo título después del conquistado en 1980 aún bajo bandera de Checoslovaquia, mientras que España pretende prolongar su hegemonía con su sexto título en 13 años.
Entraba dentro de la lógica que el líder del equipo español se impusiera al mejor jugador checo, al que ya había ganado en cinco de sus ocho enfrentamientos anteriores, pero quizá pocos esperaban la apisonadora española. Stepanek definió a Ferrer en los días previos como "un pitbull", y hoy le dio la razón.
Berdych ya ha perdido otras veces en casa, pero pocas con la contundencia con la que lo hizo hoy. Sólo el triple 6-4 que le endosó el argentino Juan Martín del Potro en 2009 podría compararse. Pero en aquella ocasión se trataba de unos cuartos de final y República Checa acabó ganando la serie y llegando a la final, donde perdió, precisamente, con España.
No importa que los checos montaran la superficie más rápida del año para estos tres días. Ferrer está en estado de gracia y transmite la sensación de que podría jugar de forma igual de implacable sobre una pista de hielo.
Los gestos de desesperación de Berdych, que no encontró ninguna rendija por la que traspasar el muro del español, sólo sirvieron para constatar la fortaleza del número cinco del mundo, que salió tan enfocado en su trabajo que quebró al checo en su primera oportunidad y no perdió ni un punto en sus dos primeros juegos al servicio.
El segundo parcial fue prácticamente igual. En una hora y media sin apenas errores, el español mandaba dos sets a cero y tenía enfrente a un jugador que acumulaba más de siete horas de tenis entre viernes y sábado. Ferrer, que se deshizo de Stepanek el viernes en algo menos de tres, no jugó el dobles y tuvo todo el sábado para descansar.
En las gradas del O2 Arena, llenas con 14.000 personas, sólo se escuchaba el "Sí se puede" de la hinchada visitante. El "We will rock you" de Queen que sonaba por la megafonía, que se podría traducir por "vamos a hacerte temblar", parecía un tema dedicado a Berdych por el español.
Ferrer rompió pronto en el tercer parcial, pero el checo recuperó la desventaja en el octavo juego. Fueron sólo fuegos artificiales. Cuando llegó el momento clave, el checo se diluyó ante el empuje del español, que quebró para 6-5 y cerró luego cómodamente con su servicio.
Ferrer suma 76 victorias y siete títulos este año, el mejor de su carrera deportiva. A sus 30 años, atraviesa quizá su momento de forma más alto y ha asumido con firmeza el liderazgo del equipo ante la ausencia por lesión de Rafael Nadal.
En Copa Davis, su competición preferida y a la que regresó en cuartos de final después de revisar su decisión de no jugar en 2012, ha ganado 23 de los 27 partidos que ha disputado.
No podrá cumplir su sueño de ganar el punto decisivo, pero demostró que es el pilar sobre el que España construyó una nueva gran temporada en Davis.
Almagro, de 27 años, se enfrenta a continuación al partido de su vida. "Un punto de inflexión", dijo a dpa días antes de empezar la final.
Stepanek ha ganado dos de los tres partidos que jugó ante el español, pero al igual que Berdych lleva dos días seguidos de competición. El checo es un especialista en superficies rápidas, un competidor muy tenaz y tiene al público a favor. A sus casi 34 años, afronta quizá su última oportunidad de gloria.
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