El argentino David Nalbandian, amarrado a un partido épico de casi cinco horas de duración, sobrevivió a dos puntos de partido que tuvo su rival para terminar con las expectativas del ídolo local Lleyton Hewitt, al que despidió en la primera ronda del Grand Slam inicial del curso (3-6, 6-4, 3-6, 7-6(1) y 9-7), y profundizar en la herida australiana.
La lucha fue una batalla sin tregua entre dos jugadores amarrados al torneo. Tras cuatro horas y 48 minutos, Nalbandian se sobrepuso a todas las adversidades. Al aliento que el público proporcionó a su rival y a las amenazas físicas que a última hora pusieron en evidencia su supervivencia en el Abierto.
Es Hewitt el último superviviente del glorioso tenis oceánico. Representa el de Adelaida los últimos triunfos de un deporte que llenó de gloria a Australia, pero que últimamente carece de referentes.
Lleyton Hewitt hace tiempo que está de vuelta. Dimitió años atrás de la lucha. Y se quedó como símbolo del recuerdo al que se agarran unos seguidores ávidos de buenas noticias. Fue doloroso para ellos ver como su último referente salía de pista Rod Laver para no regresar en esta edición. Sin ganar un solo partido.
Nalbandian se medirá ahora al lituano Richard Berarnkis, verdugo de otro local: Marinko Matosevic, invitado del torneo, que cayó por 6-4, 6-2 y 7-5.
La lucha fue una batalla sin tregua entre dos jugadores amarrados al torneo. Tras cuatro horas y 48 minutos, Nalbandian se sobrepuso a todas las adversidades. Al aliento que el público proporcionó a su rival y a las amenazas físicas que a última hora pusieron en evidencia su supervivencia en el Abierto.
Es Hewitt el último superviviente del glorioso tenis oceánico. Representa el de Adelaida los últimos triunfos de un deporte que llenó de gloria a Australia, pero que últimamente carece de referentes.
Lleyton Hewitt hace tiempo que está de vuelta. Dimitió años atrás de la lucha. Y se quedó como símbolo del recuerdo al que se agarran unos seguidores ávidos de buenas noticias. Fue doloroso para ellos ver como su último referente salía de pista Rod Laver para no regresar en esta edición. Sin ganar un solo partido.
Nalbandian se medirá ahora al lituano Richard Berarnkis, verdugo de otro local: Marinko Matosevic, invitado del torneo, que cayó por 6-4, 6-2 y 7-5.
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