El serbio Novak Djokovic, ganador del Abierto de Australia, dijo que no llamó al médico del torneo porque no había razón alguna para hacerlo, durante la final, y que únicamente sintió una crisis física contra el británico Andy Murray.
"No tenía calambres, solo fue un mareo momentáneo, y perdí el equilibrio esa vez porque no tenía fuerza en los muslos por el tremendo esfuerzo de los dos primeros sets. Me sucedió algo parecido hace dos años aquí y no quería renunciar", señaló el serbio.
"En un partido como este, hay un montón de emociones que aparecen, y es duro mantener la concentración", recordó, "tuve una crisis al comienzo del tercer set, me sentía exhausto", admitió el número uno del mundo. "Sacamos a relucir todo nuestro repertorio, los mejores golpes que tenemos. Fue como una lucha entre el gato y el ratón, siempre es así", añadió sobre el duelo.
"Tiene un significado más profundo. Un valor más intrínseco, es el primer título del Grand Slam, ahora que yo soy un padre y marido, y me siento muy orgulloso", añadió sobre sus emociones, "y ser mencionado entre un pequeño grupo de leyendas de nuestro deporte es un privilegio para mí. Por eso es por lo que hago deporte, para ganar títulos".
"La fuerza de voluntad que tenía en la cancha me llevó donde estoy ahora", dijo brindando con champán ante la prensa. "Stan y Andy son jugadores diferentes, con Stan todo pasa tan rápido, no hay tantos puntos largos, esta noche jugué mejor".
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