Serena Williams literalmente perdió la serenidad. En la final del US Open ante la japonesa Naomi Osaka -quien se proclamó campeona por 6-2 y 6-4-, la estadounidense se salió de control y vivió un verdadero día de furia.
El escándalo se desató cuando se disputaba el segundo set, luego de que el árbitro del encuentro, Carlos Ramos, le diera una advertencia a la norteamericana por supuestamente haber recibido instrucciones de su entrenador.
En ese instante la nipona estaba exhibiendo un juego arrollador, lo que sumado a la determinación del juez, hizo que Williams estallara en rabia y rompiera una de sus raquetas.
Luego, en el quinto game de la segunda manga, tras ser sancionada con la pérdida de un punto, la estadounidense estalló: fue encarar a Ramos y lo trató en duros términos.
"Eres un ladrón y un mentiroso. Me has robado un punto, no he hecho trampas en mi vida. Tengo una hija y sé lo que es dar ejemplo. Me debes una disculpa", llegó a exigir la multicampeona.
Pero el "show" de Serena no terminó ahí. Descontenta con la decisión, la menor de las Williams pidió hablar con Brian Earley, réferi del torneo, y Donna Kelso, supervisora del WTA. "No es correcto, no es justo. Esto pasa muchas veces, no es justo.
Darme un game perdido no es justo. ¿Sabe cuántos hombres hacen cosas mucho peores? Hay muchos hombres que hacen cosas peores aquí y no los sancionan así", fue el reclamo de la jugadora local.
El escándalo de la norteamericana provocó que el público se ensañara con Osaka, quien debió recibir el trofeo de su primer Grand Slam en medio de un fuerte abucheo del estadio Arthur Ashe.
Sin embargo, una vez terminado el encuentro, Serena le pidió respeto al público para la japonesa. "No quiero ser grosera pero no quiero responder preguntas. Sólo quiero decir que ella jugó bien, es su primer Grand Slam. Hagamos de este momento lo mejor, lo voy a superar. No ofendamos a nadie, seamos positivos. Felicitaciones a Naomi, no más abucheos", dijo Williams.
Fuente: Emol.com
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