Novak Djokovic se convirtió, el domingo 20 de abril, en el primer jugador, desde que la ATP tomó el control en 1990, en ganar los cuatro torneos grandes disputados hasta el momento: el primer Grand Slam (el Open de Australia) y los tres primeros Masters 1000 (Indian Wells, Miami y Montecarlo). Nunca ningún tenista se había proclamado campeón de los tres primeros Masters 1000 de la temporada, hasta que el serbio lo ha logrado en este 2015.
Pete Sampras, inicio perfecto hasta París pero saltándose Montecarlo y Hamburgo en 1994.
El precedente de mayor similitud a lo conseguido por Djokovic fue, además del inicio de 2011 del serbio, el de Pete Sampras en 1994. El estadounidense llegó a París invicto en grandes torneos, aunque no los disputó todos. Sampras brilló en la pista dura para vencer en el Open de Australia y en los Masters 1000 de Indian Wells y de Miami, pero en la temporada de tierra batida rebajó el ritmo frenético con el que había iniciado el año. No jugó en Montecarlo ni en Hamburgo y reapareció en Roma para levantar el título. Su imbatibilidad en las grandes citas acabó cuando Jim Courier le derrotó en los cuartos de final de Roland Garros.
Otros cinco jugadores, más el propio Djokovic, ganaron los dos primeros Masters 1000.
En 1991, Jim Courier se apuntó los dos primeros Masters 1000 del año, pero cedió el de Montecarlo. Además, no pudo proclamarse campeón de un Open de Australia que se llevó Boris Becker.
Fue lo mismo que le sucedió a Michael Chang en 1992. El estadounidense se impuso en los dos Masters 1000 disputados en su país. Sin embargo, había sido su compatriota Courier quien se había llevado el gato al agua en Melbourne. Chang no jugó en Montecarlo y luego cayó en los octavos de final de Hamburgo.
Marcelo Ríos también se coronó en Indian Wells y en Miami en 1998. Antes, había añadido a estos dos títulos la final del Open de Australia, torneo que el chileno reclama porque, seis meses después, su verdugo en la final de Melbourne, Petr Korda, dio positivo por dopaje en Wimbledon. Al llegar a la tierra batida, fue Carlos Moyá quien venció en Montecarlo aprovechando la ausencia de Ríos. El chileno sí acudió al siguiente Masters Series, en Hamburgo, donde fue eliminado en su debut en segunda ronda contra Wayne Ferreira.
En 2001 fue Andre Agassi quien venció en Australia, en Indian Wells y en Miami. Renunció a Montecarlo y reapareció en Roma, donde su derrota en primera ronda contra Álex Calatrava puso fin a su racha de trofeos.
La marca de Djokovic supera a sus anteriores registros y a los de Roger Federer.
Roger Federer y el propio Djokovic son los otros dos jugadores que habían visto frenada en Montecarlo su racha triunfal de victorias en Masters 1000.
El suizo se proclamó campeón de Indian Wells y de Miami tanto en 2005 como en 2006. Sin embargo, en 2005, no pudo añadir a los dos primeros Masters Series el título del Open de Australia porque fue Marat Safin quien se impuso en Melbourne. El helvético sí se apuntó el primer Grand Slam de la temporada un año después. Pero en Montecarlo, Richard Gasquet en los cuartos de final de 2005 y Rafa Nadal en la final de 2006 se encargaron de truncar la racha dorada del suizo.
La última amenaza al espectacular inicio del serbio en este 2015 es él mismo. En 2011, “Nole” realizó uno de los mejores arranques de temporada de la historia ganándolo prácticamente todo. De hecho, sólo su ausencia en Montecarlo impidió, quizá, que ahora haya batido este récord. Porque Djokovic ganó en Australia, Indian Wells, Miami, Madrid y Roma, pero su renuncia a Montecarlo le impidió optar a todos los grandes anteriores a Roland Garros. Ya en París, Federer detuvo su increíble racha tras vencerlo en semifinales.
El año pasado, Djokovic no pudo reeditar título en Australia después de que Stanislas Wawrinka lo sorprendiera en cuartos de final. Luego, venció en Indian Wells y en Miami antes de que Federer lo derrotara en las semifinales de Montecarlo para poner fin a sus victorias consecutivas en Masters 1000 en el inicio de temporada.
Sin embargo, en este 2015, el serbio se mantiene invicto en grandes torneos tras la disputa de Australia, Indian Wells, Miami y Montecarlo, racha ganadora que se incrementa si se le añaden los títulos conquistados en París Bercy y en la Copa Masters de 2014.
Partidos ganados: 30
Partidos perdidos: 2
Títulos: 4
Premios: $us 5.271. 757
HOJA DE VIDA
Nombre: Novak Djokovic
• Edad: 27 (22-05-1987)
• Lugar de Nacimiento: Belgrado, Serbia
• Residencia: Montecarlo, Mónaco
• Estatura: 1,88 m
• Peso: 80 kg
• Juego: Derecho
• Profesional desde: 2003
• Entrenador: Boris Becker, Marian Vajda Campaña 2015
OPINIÓN
Djokovic: El absoluto
El Mundo
En 2011, hasta ahora el mejor año de su carrera, Novak Djokovic arrancó la temporada con los títulos de Australia, Dubai, Indian Wells, Miami, Belgrado, Madrid y Roma. Varó en las semifinales de Roland Garros, donde Roger Federer puso fin a su racha de 42 partidos invicto, iniciada en el crepúsculo de 2010. El serbio era, al fin, el tenista que todos estábamos esperando, un competidor cuajado que ya no jugaba para el aplauso y empezaba a dejar atrás su vena más frívola, ciclotímica y narcisista. Aún no había cumplido 24 años.
El 4 de julio de aquel 2011, tras superar a Rafael Nadal en la final de Wimbledon, alcanzó por primera vez el número uno del mundo. Estábamos ante un joven en plena expansión, que se asomaba a la consecución de éxitos aún con un cierto asombro. Acostumbrado a vivir en las alturas, se había endurecido frente a Nadal y Federer, sabiendo metabolizar dolorosas derrotas. Los tres, y en menor medida Andy Murray, venían ejerciendo un dominio prácticamente indiscutible en los torneos del Grand Slam.
Hace cuatro años, en estas fechas, Djokovic tenía dos majors, sendos Abiertos de Australia (2008 y 2011), y siete Masters 1000. Hoy totaliza ocho de los grandes y 23 Masters 1000, los mismos que Federer y cuatro menos que Nadal. Ningún jugador ha progresado de tal manera en este periodo. Campeón de nuevo en Australia, Indian Wells, Miami y Montecarlo, viaja, al igual que en 2011, con la inercia adquirida en el último tramo del pasado curso. Cierto es que se ha consentido dos derrotas, en cuartos de Doha, frente a Ivo Karlovic, y en la final de Dubai, ante Federer, pero el horizonte de hoy se vislumbra incluso más venturoso que el de su primera edad dorada. Su empuje ha fracturado la élite, donde aún perduran los mismos nombres. Tiene 13.845 puntos, por 8.385 de Federer, 6.060 de Murray y 5.435 de Nadal, a quien ganó con suma solvencia sobre la arcilla de Montecarlo, otrora territorio inmaculado del ocho veces campeón.
Cuando su esposa, Jelena Gencig dio a luz a Stefan, el primer hijo de la pareja, el pasado noviembre, Carlos Costa, agente de Nadal, dejó caer en una conversación informal que seguramente las nuevas circunstancias personales le llevarían a levantar el pie y terminarían por afectar a sus resultados. Toni Nadal se mostraba mucho más escéptico ante esa hipótesis.
Lejos de distraerle de sus obligaciones profesionales, el matrimonio y la paternidad han facilitado la vertebración de un tenista que ahora mismo puede arrogarse la vitola de ser casi invencible.
El devenir del circuito juega, además, de su lado. Aún con dignísimas actuaciones, como la que le permitió derrotarle en la final de Dubai, Federer cuenta poco en los torneos del Grand Slam, excepción hecha de un posible repunte en Wimbledon, donde el pasado año coprotagonizó una excepcional final precisamente ante Nole. Si en 2014, Nadal ofreció la peor gira primaveral de tierra de su carrera desde que alcanzó la élite, lo cual no le impidió ganar su noveno Roland Garros, ahora, tocado por la ansiedad, lento en su resurgir, gastado por las lesiones y el tiempo, arroja más dudas que certezas. Con la prudencia que exige su admirable dominio en París desde hace una década, Djokovic es ahora mismo, de largo, el tenista con mayores recursos, el más fuerte físicamente y el más estable en el terreno emocional. También está llamado a marcar una época.
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