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martes, 28 de agosto de 2012

Kim Clijsters, el retiro de la 'Miss Congeniality' del tenis femenino

Cada raquetazo que dé Kim Clijsters en el Abierto de Estados Unidos, que arrancó el lunes en Nueva York, podría ser el último de su carrera profesional, pero más que por su legado tenístico, la belga quisiera ser recordada como la 'Miss Congeniality' del circuito de la WTA.

Clijsters dirá adios al tenis activo en las mismas canchas de cemento de Flushing Meadows que le vieron ganar los títulos del US Open de 2005, 2009 y 2010 para convertirse en una de las consentidas del dificil público neoyorquino.

En sus 15 años en el circuito, con cuatro torneos de Gran Slam y 41 títulos de certámenes individuales en su currículum, Clijsters siempre fue reconocida como una persona amable y cariñosa dentro y fuera de la cancha.

Sus rivales, y en ocasiones compañeras de dobles, le bautizaron como 'Miss Congeniality', término que en el diccionario de la lengua inglesa tiene 18 acepciones, desde agradable hasta bondadosa.

"Creo que para mí lo más importante es que siempre he seguido mi corazón. Siempre he hecho lo que consideraba correcto. Siempre me he mantenido fiel a lo que soy", dijo la dos veces número uno mundial (2003 y 2011) en una reciente rueda de prensa en Nueva York, cuando ratificó su retiro. "Los jugadores cambian. Hay muchas otras cosas involucradas que no son sólo tenis y practicar. Creo que hay algunos que pierden el verdadero sentido de la vida y del deporte", añadió la rubia de 29 años, madre de una niña de cuatro, Jada, fruto de su matrimonio con el basquetbolista estadounidense Bryan Lynch.

Fue precisamente Jada la causa del primer retiro de Clijsters, en el 2007, tras caer en semifinales del Abierto de Australia, tras dos años plagados de lesiones.

Un año después de dar a luz a su hija, volvió a las canchas en el torneo de Cincinnati e inició uno de los regresos más increíbles del deporte de élite.

Saliendo de lo profundo del ránking mundial, y tras ganar dos torneos previos, la entonces 'Mamá' Clijsters, jugando con un boleto de 'wildcard' (invitada), ganó contra pronósticos el US Open de 2009, venciendo en la final a la danesa Caroline Wozniacki.

Repitió la conquista del título en 2010, esta vez derrotando a la rusa Vera Zvonareva en la final. En enero del año siguiente gana el Abierto de Australia, su primer título de Gran Slam fuera de Nueva York, y regresó al número uno en febrero. Aunque sólo estuvo una semana en la cima de la WTA, le valió para convertirse en la primera madre en ser número 1 mundial.

Cuando estaba en el pico de su "nueva" carrera, las lesiones, y un poco de mala suerte, comenzaron a perseguirla de nuevo.

Tras el Open de Australia, se lesionó el tobillo en la boda de su prima, después de pisar el pie de alguien cuando usaba tacones altos. Una lesión abdominal la llevó a perder la oportunidad de defender el título en el US Open de 2011.

Su tenis se ha caracterizado por una combinación de fuerza, impecable técnica, velocidad y buen físico, un potente saque y garra al por mayor para salvar puntos increíbles.

Aunque todavía tiene el talento para competir con las mejores, puso el desgaste físico y el deseo de tener más hijos como razones de peso para dar fin a su brillante carrera.

"Estoy muy vieja para hacer el juego físico que deseo. He llevado mi cuerpo al límite, con un estilo de vida intenso en los últimos 15 o 20 años, y ahora quiero pasar a otra etapa más tranquila", aseguró.

Este año, pese a las lesiones, tiene buen récord de 19-6, con apariciones en las semifinales en Australia, cuarta ronda en Wimbledon y los cuartos de final en los Juegos Olímpicos. "Sé que no estoy al 100%, pero, ¿qué mejor lugar para retirarme que el US Open? Aquí en Nueva York he sido muy feliz", subrayó Clijsters, la Miss Congeniality que será recordada por algo más que su buen tenis.

AFP

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