David Ferrer, el único español que sigue adelante en Wimbledon, completó ayer una trabajada victoria ante el estadounidense Andy Roddick, por 2-6, 7-6(8), 6-4 y 6-3, en dos horas y 38 minutos, para plantarse en los octavos del Grand Slam sobre hierba.
El de Jávea, séptimo cabeza de serie en el torneo, se medirá en la siguiente ronda al argentino Juan Martín del Potro, que ayer venció por su parte al japonés Kei Nishikori.
Ferrer, que jugará por cuarta vez unos octavos de final en el All England Lawn Club, una fase que nunca ha superado hasta ahora, saltaba a la pista para enfrentarse a un veterano del circuito, Roddick, con tres finales de Wimbledon a sus espaldas, la última de ellas en 2009.
Ferrer vio cómo su rival, de 30 años y ganador del US Open hace nueve, se imponía en el saque y en el resto de los cuatro primeros juegos de la manga inicial.
El dominio del estadounidense duró hasta que Ferrer superó los nervios iniciales, se sacudió el polvo de encima y materializó un juego en blanco que bajo los humos a un Roddick que encandilaba al público de la central con algunos gestos exagerados para alcanzar bolas.
Ferrer, séptimo cabeza de serie en Wimbledon, que jugará los octavos de final frente a Juan Martín del Potro, noveno, afirmó que el argentino “te lleva al límite con sus golpes”. “No va a ser fácil. Tengo que mantener un buen porcentaje con mi primer servicio y dominar los primeros golpes”, advirtió Ferrer, el único español que continúa adelante en el tercer Grand Slam del año. Ambos tenistas se han enfrentado en seis ocasiones, de las que cuatro fueron a favor del español, entre ellas la única en la que se han batido sobre hierba.
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