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sábado, 3 de agosto de 2019

Zeballos vive su sueño contra viento y marea



Noelia Zeballos Melgar (Santa Cruz, 2 de mayo de 1994) cumple su sueño de ser tenista profesional y lo hace contra viento y marea porque no recibe ningún tipo de apoyo, lo que le ocasionó hace dos meses estar a punto de darse por vencida, pero gracias a su persistencia hace una semana ganó su primer título profesional de singles.

La tenista cruceña, quien es parte de la delegación nacional que participa en los Juegos Panamericanos de Lima, obtuvo su primera corona individual en el W15 de Lima, un torneo Futures en el que superó a la venezolana Nadia Echevarría (6-3 y 6-1).

“Tuve una sensación increíble de al fin llegar a este título que tanto lo esperé, que tanto lo soñé. Ni siquiera me lo creía cuando terminó el partido. Lo primero que pensé fue en mi familia. Hace dos meses estaba pensando ‘tantos años en el tenis y no tengo resultados’. Le dije a un amigo: ‘me quiero retirar, no quiero más, tanto tiempo con esto, me quiero salir’. Pero ahora tengo un título”, afirma Noelia, a quien la pasión por este deporte le llegó desde la cuna.

“Se podría decir que practiqué el tenis desde que nací porque mi padre (Freddy) ha sido entrenador durante muchos años. Comencé a los cuatro años y empecé a competir a los 10. Desde ese instante obtuve varios títulos nacionales en diferentes categorías y a nivel internacional participé dos veces en la Gira Cosat (Confederación Sudamericana de Tenis) y gané el Patujú Open de Santa Cruz”.

Gracias a sus logros y el ver a su hermano mayor Federico dedicarse al tenis y vivir de ello, Noelia decidió hacer lo mismo, aunque era consciente de que tendría que superar muchos obstáculos.

“Yo quería lo mismo, tratar de cumplir mi sueño de ser tenista profesional, dedicarme a ello. Mi padre me apoyó al 100% y comencé. Lo hice a partir de mis 17 años y sabía que iba a ser bastante sacrificado el conseguirlo”.

Desde esa edad viajó sola a diferentes ciudades y países para competir. No podía ir acompañada por un entrenador —como lo hacen la mayoría de las tenistas profesionales— por falta de dinero.

Como el tema económico es el principal problema Noelia tuvo que acomodarse a sus escasos recursos para seguir viviendo su sueño.

“No recibo ningún apoyo. Como juego la Fed Cup por Bolivia me dan dinero por representar al país y lo guardo para irme a Europa, si voy ganando sigo con la gira, pero si pierdo mucho regreso a Bolivia. La forma en que me mantengo es economizando al máximo: vuelos de bajo costo, comiendo a veces sándwiches de supermercado porque no tengo dinero para un plato de comida. En vez de quedarme en hoteles alquilo departamentos por día o habitaciones en los que a veces hay baño privado o tienes que compartir, eso es mucho más barato que estar en un hotel”.

Pero su mayor sacrificio es que solo ve a su familia una vez al año, cuando llega la Navidad y aterriza en su Santa Cruz natal. “Ese es uno de los retos más grandes porque mi familia es lo más importante. Es bastante duro”.

Noelia (izq.), con sus hermanos Federico, Fabiana y sus padres Freddy y Carmen. Foto: Familia Zeballos

Quiere ser ejemplo de las tenistas


Si bien el tenis boliviano se hizo conocer en los últimos meses gracias a Hugo Dellien, en la rama femenina no hay muchas jugadoras profesionales y una de ellas es Noelia Zeballos, quien desea que cambie esa situación a través de sus logros.

“Algo que en Bolivia no llama mucho la atención, y sobre todo en mujeres, es que no apuntan a seguir una carrera como tenista profesional. Van a la universidad, o en todo caso, si intentan jugar lo hacen por medio año, ven que es difícil, y lo dejan. Me encantaría que haya más chicas, pero no lo hacen”, señala la tenista, quien desde 2011 representa a Bolivia en la Fed Cup, el torneo de selecciones más importante de la rama femenina.

Espera que el título profesional que ganó recientemente, sus participaciones en Fed Cup y eventos multidisciplinarios como los Juegos Bolivarianos, Suramericanos y Pana-mericanos en los que compite, sean un aliciente para que más jóvenes se animen.

Actualmente hay una camada de jugadoras que llega por detrás como la cochabambina Gabriela Cortés, de 15 años, y que en 2018 fue número uno de Sudamérica en Sub-14.

“La veo con mentalidad abierta. Se quiere dedicar al tenis profesional. No habla mucho de irse a Estados Unidos becada y eso me encanta, que tenga hambre, que intente con el tenis, lo que no se da en Bolivia”.

La selección mayor del país está conformada por Noelia y jugadoras juveniles como Gabriela y justamente por la falta de apoyo en 2017 María Fernanda Álvarez, quien llegó a ser la mejor de Bolivia, optó por retirarse.

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