Decenas de miles de personas se congregaron ayer en el centro de Belgrado para recibir al tenista Novak Djokovic como a un héroe nacional, después de ganar por primera vez en Wimbledon y convertirse en el número uno del mundo.
Djokovic fue recibido en una plaza frente al edificio del Parlamento serbio entre entusiasmados e interminables gritos de apoyo, como "Nole, Nole" (el apodo del jugador), "Campeón" o "Nole, te queremos".
El tenista, de 24 años y que compareció en un escenario montado en la plaza especialmente para su llegada, dijo: "estamos en la cúspide del mundo, lo ganaremos todo".
"Tengo una deuda con vosotros porque me habéis montado esta fiesta y habéis hecho de este día el más hermoso de mi vida. No lo olvidaré nunca", dijo.
"Este galardón lo dedico a vosotros, a Serbia", agregó, al elevar el trofeo de campeón de Wimbledon.
Su familia y todo el equipo que trabaja con Djokovic también salieron a la escena junto con Djokovic.
Fue saludado con largos aplausos de los aficionados, muchos de ellos jóvenes vestidos con camisetas en los colores de la bandera serbia, que algunos dibujaron también en sus mejillas. (EFE)
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