Por quinta vez esta temporada, los más grandes del momento, Rafa Nadal y el serbio Novak Djokovic, se miden hoy en un pulso con infinidad de retos en juego, donde el español tratará de defender por primera vez su corona ante las "dudas" de su entrenador.
Hacía dos años y medio que los números uno y dos del mundo no se enfrentaban en una final de Grand Slam. La última vez fue en Australia 2009, cuando Nadal, entonces poseedor del primer puesto, derrotó a Roger Federer en cinco sets.
"Para nada te quita motivación perder el número uno", tranquilizó Toni Nadal, tío y entrenador del tenista en una conversación este sábado con la prensa española, después de que su sobrino se viera el viernes desbancado de esa posición por el rival que le espera en la Central del All England Club.
"Yo ya firmaría por perder siempre con Djokovic y ganar torneos o por que te quitaran el número uno y ser campeón de Wimbledon", ironizó Toni.
Pese al susto que ocasionó Nadal en los octavos de final ante el argentino Juan Martín Del Potro, cuando se sintió acusado por un agudo dolor en el pie izquierdo, el mallorquín salió a flote y buscó remedio para continuar el torneo.
Una dosis de anestésicos suministrada antes de cada partido le ha ayudado a no sentir las molestias causadas por la inflamación de los tendones peroneos para moverse a su antojo en la pista y colocarse en su quinta final de Wimbledon en seis años, tras deshacerse de Mardy Fish y de Andy Murray, en cuartos y semifinales.
Nadal volverá a jugar infiltrado el domingo. Ningún problema para él, que considera el episodio de sus tendones agua pasada o al menos un tema digno de aparcar hasta que resuelva el torneo.
Quiere ser el decimonoveno hombre en ganar Wimbledon como primer cabeza de serie, después de Roger Federer, que lo hizo el último en 2007. Es un mérito que pretender anotarse, ya que en 2009 no tuvo siquiera la oportunidad de intentarlo al ausentarse de la competición por su problema en las rodillas.
Alzaría su tercer trofeo de Wimbledon si lograra sobre la hierba de la 'Catedral' imponerse a Djokovic, algo que esta temporada se le ha escapado en cuatro ocasiones. Igualaría así a Boris Becker y John McEnroe en la cuarta plaza de la lista de tenistas con más títulos de Wimbledon.
Sin embargo, su tío, Toni Nadal, no tiene muy claras las posibilidades de Rafael. "Saldrá a dar el máximo y, si no se puede, a aplaudirle", dijo sobre un chico que, a los 25 años, ha disfrutado de ser el mejor del mundo durante 102 semanas, repartidas en dos períodos de su carrera (del 18 de agosto de 2008 al 6 de julio de 2009 y del 7 de junio de 2010 a este lunes).
En busca de más, Nadal se entrenó ayer en torno a una hora en la pista 16 del All England Club, abarrotada de aficionados que esperaban impacientes el final de la sesión para conseguir un autógrafo del manacorense.
A nadie le importa que haya perdido el número uno, privilegio que pasará a manos de Djokovic el próximo lunes. La marea de curiosos que atrae es la misma, o más, que cada día de su vida desde que empezó a ganar Roland Garros. Tampoco él mismo se preocupa mucho del ránking, sino de estar "sano" y "ser competitivo".
Las cuatro finales que ha visto escapar este año ante el serbio lo ponen en preaviso. Indian Wells, Miami, Madrid y Roma aún siguen recientes en su memoria, pero Nadal podría vengarse el domingo de todas esas derrotas.
"Está complicado porque cuando una persona te gana cuatro finales, significa que es mejor que tú. Te empiezas a plantear cosas, pero hay algo que te cambia: la superficie también le ayuda a Rafa, aunque Djokovic es ligeramente favorito", opinó Toni Nadal tras presentar su nuevo acuerdo con un patrocinador.
Con el trabajo hecho para amarrar el podio mundial, Djokovic llega tranquilo por esa parte, pero sin experiencia en una final de este Grand Slam. Si gana Wimbledon, habrá acumulado esta temporada ya dos títulos de 'major', junto con el del Abierto de Australia, una marca que no conseguía nadie desde que Federer lo hizo en 2007 (también en 2006 y 2004).
Es en el tradicional e impecable club de tenis del suroeste de Londres, visitado cada año en estas fechas por algún miembro de la realeza británica, donde siempre buscan récords los tenistas. En el caso de Djokovic y Nadal, ambos tienen predilección por este Gtand Slam, que es, por cierto, el que más duelos entre el uno y dos del mundo ha acogido en los últimos años.
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