Rafael Nadal y Marc López recuperaron en Río 2016 la cosecha de éxitos del tenis español en los Juegos Olímpicos tras sumar el tercer premio en la modalidad de dobles masculino, la duodécima en la historia de este deporte en España.
Nadal y López, que lograron la medalla de oro ante los rumanos Florin Mergea y Horia Tecau por 6-2, 3-6 y 6-4, añaden su presea a las obtenidas por Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal, plata en Seúl 1988, y por Alex Corretja y Albert Costa, bronce en Sydney 2000.
Desde Seúl hasta Pekín, que culminó con el oro olímpico de Rafael Nadal y la plata en dobles femenino de Anabel Medina y Virginia Ruano, España siempre había salido de los Juegos Olímpicos con alguna medalla colgada al cuello. Una en Seúl 1988, con la plata de Emilio Sánchez y Sergio Casal, tres en Barcelona 1992 (plata de Jordi Arrese en individual masculino, el bronce de Arantxa Sánchez Vicario en individual femenino y el bronce femenino con Arantxa y Conchita Martínez).
Atlanta 1996 se cerró con otros tres metales: las platas de Sergi Bruguera y Arantxa Sánchez Vicariio en individual masculino y femenino, y el bronce de Arantxa y Conchita en dobles femenino.
En Sydney 2000 fueron Alex Corretja y Albert Costa los que mantuvieron el tono positivo en unos Juegos. Obtuvieron el bronce en dobles masculino, mientras en Atenas 2004 el logro fue de Conchita Martínez y Virginia Ruano, con la plata en dobles femenino.
Londres 2012, sin embargo, estancó la progresión olímpica del tenis español. No hubo medallas. Río 2016 ha devuelto la dinámica positiva al tenis. España tiene asegurada, al menos, el oro obtenido por Rafael Nadal y Marc López.
EL DUELO
Las pretensiones de Rafael Nadal de ampliar el idilio que mantiene con el tenis olímpico se cruzan con las ambiciones de Juan Martín del Potro, que busca su rehabilitación definitiva tras las penurias que atravesó por culpa de su muñeca.
La cita encara a dos jugadores maltratados por las lesiones, coincidentes en la más reciente, la muñeca y con premio olímpico. Nadal fue oro en Pekín 2008 y Del Potro consiguió el bronce en Londres 2012, tras superar a Novak Djokovic en la pista de Wimbledon.
Fue aquella su última gran victoria en un acontecimiento de enjundia. Los Juegos de Río le rememoraron aquél éxito ante un jugador en ebullición entonces y consolidado como dominador del circuito y del ránking en la actualidad.
Ese triunfo en primera ronda ante el número uno del mundo ha sido un punto de inflexión para el tenista de Tandil, que ha despachado después, progresivamente, al portugués Joao Sousa, al japonés Taro Daniel y, en semifinales, al español Roberto Bautista.
Del Potro, ahora fijado en el puesto 141 del ránking, volvió a las pistas en febrero pasado tras ser dado de alta tras una lesión de muñeca que le llevó a maltraer durante dos años y que le obligó a pasar por el quirófano. Once meses de convalecencia antes de coger una raqueta.
El argentino, que llegó a ser el cuarto tenista del mundo y un hombre llamado a disputar junto a Djokovic y Andy Murray, la herencia de Rafael Nadal y Roger Federer, quedó estancado por culpa de la dolencia en 18 títulos y otras siete finales. El mayor éxito, el Abierto de Estados Unidos ante Roger Federer en el 2009, en plena efervescencia, cuando también conquistó la Copa de Maestros.
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