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domingo, 13 de enero de 2019

Murray, el adiós de un grande, a sus 31 años

Solo un hombre ha sido capaz de desbancar a Federer, Djokovic y Nadal del número uno. Solo un hombre rompió la sequía de 76 años sin un título de Grand Slam británico. Solo un tenista ha ganado dos oros olímpicos. Solo un hombre, Andy Murray, el sucesor de Fred Perry anunció el viernes el punto final a su carrera.

A Murray, de 31 años, se le conoce por su resistencia, forjada desde que era tan solo un niño. Con 8 años vivió uno de los episodios más trágicos de la historia del Reino Unido en sus propias carnes y empezó a forjar un carácter de luchador, de fortaleza mental y de concienciación.

El 13 de marzo de 1996, Thomas Hamilton disparó en la localidad escocesa de Dunblane, de donde es natural Andy, a 16 niños y a un profesor en un colegio, asesinándolos a sangre fría. Después se suicidó. Andy y su hermano Jamie eran alumnos de ese colegio y se salvaron por no estar en ese momento en el gimnasio, lugar de la matanza.

El niño se transformó a pasos acelerados en un hombre y ya con una raqueta en la mano, veía cómo mientras sus rivales contemporáneos como Rafael Nadal, entrenaban con números uno del mundo, como Carlos Moyá, el pequeño Andy tenía que conformarse con Jamie, hoy en día uno de los mejores doblistas del mundo.

Gran Bretaña ansiaba un campeón que reverdeciese los éxitos de Fred Perry en los años treinta y que hiciese olvidar el ‘coitus interruptus’ que fue Tim Henman. La madre de Andy, Judy, mandó al joven de 15 años a Barcelona a que se moldease en la tierra batida, superficie casi impracticable en el Reino Unido. A las órdenes de Emilio Sánchez Vicario se pulió el jugador reconocible por el gran público. Otras tres derrotas en finales precedieron a su mejor año en la elite. Un 2016 en el que sumó nueve títulos, entre ellos su segundo Wimbledon y la Copa de Maestros, además del oro olímpico en Río de Janeiro. El último día del calendario ATP, firmó el número uno del mundo. Tocó el techo y cayó de la manera más injusta para un deportista. Lastrado por las malditas lesiones.

Tras ser eliminado en cuartos de final en Wimbledon 2017, Murray, que venía completando una campaña irregular, se vio envuelto en una espiral de lesiones. Trató de evitar la cirugía en su malograda cadera, pero no volvió a empuñar una raqueta en todo el año.

EFE

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