La tenista cochabambina Gabriela Cortés no es amante de las fotos ni de dar entrevistas a los medios de comunicación. Para nada. De hecho, cada vez que puede intenta eludir las cámaras y los micrófonos con una disculpa muy espontánea a la voz de: “Ya hablé ayer ¿Otra vez?”.
Ese es el primer punto que comparte con el astro argentino Lionel Messi. Ambos se mantienen alejados de los flashes, aunque muchas veces ello resulte ser casi una osadía poco dable ante la escasa privacidad que supone el triunfo. El segundo aspecto que une a la tenista cochabambina con el crack del Barcelona es uno muy particular: los dos cumplen años el mismo día, el 24 de junio. Quizás ese no sea un dato menor y, mucho menos, una coincidencia. Ambos, por caminos diferentes, nacieron para ser campeones.
Gaby dio muestras de su poco gusto hacia las cámaras en julio pasado, cuando se embolsilló dos títulos nacionales en el G1 de la Llajta. A medida que avanzaba hacia sus conquistas y los periodistas se acercaban a ella para preguntarle sobre sus sensaciones, la número uno de Bolivia en la categoría 14 años optaba por ser concisa, aunque siempre mostraba una generosa sonrisa.
Y sí. Gabriela prefiere el enamoramiento absoluto con la pelota y la cancha de arcilla. A Messi le deja lo suyo: brillar empujando el balón en el fondo de la red.
De la tenista estadounidense Serena Williams, que es su máximo referente, copió su disciplina, precisión, fuerza y velocidad. Con 13 años, Gaby no da concesiones cuando de competir se trata. Es implacable. En el país ya se habla de ella como la cara principal del tenis. La definen como una pequeña “maquinita” de victorias que comenzó a formarse en el Club de Tenis Municipal y ahora se entrena en el Club de Tenis Cochabamba.
“Exigirme y trabajar”, esas son las claves para ser una excelente deportista, según la adolescente, que encuentra el placer en el simple hecho de viajar y conocer personas de otras culturas, así como sucedió el año anterior, cuando no tuvo inconveniente alguno en hacer amigos de otras naciones durante su estadía en Santa Cruz, donde se llevó a cabo el Sudamericano.
Desde la victoria indiscutible en dicho torneo (cita en la que se coronó junto a Valeria San Miguel y Fiorella Durán) hasta lo más reciente, su triunfo en el Nacional G1 de Cochabamba. La adolescente no concibe otra dirección en su carrera deportiva que no esté llena de trofeos.
Sus padres son sus seguidores más fieles. No se pierden un solo partido de la número uno de Bolivia. Y no será diferente en este segundo semestre, en el que la tenista se alista para la gira sudamericana en los torneos COSAT.
Eugenia, su madre, siempre está cerca. Es una suerte de seguidora, amiga y psicóloga. Lo es todo. Deja sus labores de lado para acompañar a la campeona en todas sus aventuras y registrar los momentos especiales dentro del cuaderno familiar, con el que pretende exaltar el legado.
En el ranking COSAT, Gabriela ocupa la colocación número dos, que es puntuable para aquellos deportistas que hayan nacido en 2004.
Nació con estrella. Igual que Messi. Todo apunta a que Gaby no apagará su motor interno hasta la consagración total. Quiere seguir los pasos de su ídola, Serena. Aunque, claro, para ello falta.
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