Ante uno de los pocos jugadores que tenía un balance positivo contra él (2-1 antes de este partido), Federer saltó a la pista dispuesto a enmendar su derrota del domingo contra el japonés Kei Nishikori, que había puesto en peligro su continuidad en este torneo que ha ganado seis veces.
El suizo había cancelado su entrenamiento del lunes 12, en Queen's y las alertas sonaron en Londres. Pero ayer volvió a la carga para lograr su primera victoria en la primera fase, y de paso aumentar la tensión en este grupo, ya que si Thiem le hubiera ganado ayer, ya habría un primer semifinalista: Kevin Anderson.
Así, todo se decidirá el jueves con los duelos entre Federer y Anderson y Thiem-Nishikori.
Thiem, finalista de Roland Garros, salió encogido ante la posibilidad de ser el verdugo y el jugador en echar a Federer de esta competición.
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