Arruabarrena, 33 a del mundo femenina en dobles, y Marrero, 32o en hombres, rechazaron la posibilidad de amaño en una entrevista después del partido. Según Marrero, una lesión en su rodilla explicaba su actuación. El artículo del New York Times explica que miembros de las principales federaciones de tenis han hecho hincapié en que sólo los patrones de apuestas inusuales no son pruebas suficientes de arreglo de partidos y que existe la posibilidad de que alguien cercano a los jugadores podría pasar información privilegiada, como el conocimiento de una lesión. Tras suspender las apuestas, Blume notificó las irregularidades a la policía de Victoria, donde se celebra el torneo.
En Betfair se habían apostado más de 25.000 dólares unas horas antes del partido. En comparación, los otros tres partidos de dobles mixtos programados el domingo aproximadamente a la misma hora habían generado menos de 2.000 dólares en conjunto.
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