Con el boato de maceros escoltando su entrada, como ya hicieron antes con el Rey, Adolfo Suárez, Camilo José Cela o Vargas Llosa, Nadal fue destacado por la alcaldesa, Ana Botella, como “estandarte de los valores humanos que transmite al deporte”. Y destacó de él “una enorme humildad en la victoria o en la derrota en cualquier escenario”. “Es admirable la perseverancia con la que superó la lesión del 2012 para volver a ser número uno. Has llegado a ser un gran deportista a fuerza de ser una gran persona”, alabó la alcaldesa.
Nadal y Madrid han ido de la mano siempre. Un flechazo que comenzó cuando en 2005 ganó por primera vez el Masters en el Rockódromo remontando dos sets a Lujbicic. Luego ha sido campeón en otras dos ocasiones (2010 y 2013). De Las Ventas salió en hombros en 2008, tras derrotar en semifinales de la Davis a Roddick. En 2007 ya recibió la medalla de oro de la ciudad. En 2008, el Premio Internacional del Deporte. También mostró su compromiso con las intentonas olímpicas de 2012, 2016 y 2020 y, sobre todo, ha unido su nombre al del Real Madrid. “Quiero la Décima”, dijo hace cuatro días.
“Esta época dorada del deporte español le debe mucho a Madrid. La final de la Champions, con dos equipos madrileños, es un ejemplo más y un premio merecido a una ciudad que siempre ha vivido el deporte y soñado con ser una ciudad olímpica”, agradeció Nadal. Príncipe de Asturias de los Deportes que, desde ayer, tiene tres padres: Sebastiá, Manacor y Madrid.
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