No fue el mejor partido de Nadal, pero sí sirvió para probarse ante su amigo “Pico” Monaco. Y de un comienzo dubitativo y con errores, el zurdo español pasó a un final arrollador lleno de esperanzas para recuperar el gran juego que necesita para ganar en la capital española por cuarta vez y apuntarse su 27 Masters 1000.
Además de luchar contra el número uno del mundo, Monaco mantuvo una dura pelea contra el juez de silla, el brasileño Carlos Bernardez, quien le advirtió una vez por exceso de tiempo al saque y con el que mantuvo una larga discusión por una bola de Nadal que rozó una de las líneas.
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