Djokovic no tuvo problemas para superar de manera expeditiva a su compatriota Victor Troicki, por 6-3, 6-1 y 6-3 en una hora y treinta minutos.
“No es fácil jugar contra un amigo tuyo. Disputamos nuestro primer partido cuando él tenía nueve años y yo ocho. Nos conocemos muy bien, pero siempre tiene que haber un perdedor”, dijo Djokovic al terminar el encuentro.
Para Federer, en cambio, la ronda de octavos no fue un mero trámite, y sufrió para terminar imponiéndose al belga Xavier Malisse por 7-6 (1), 6-1, 4-6 y 6-3, en dos horas y once minutos.
Poco antes de la media hora juego, el suizo tuvo que retirarse al vestuario para recibir atención médica debido a uno de sus recurrentes dolores de espalda.
También sufrió, y en su caso no pudo superar sus problemas, la número uno del mundo, la rusa María Sharapova, que claudicó por sorpresa ante la raqueta de la alemana Sabine Lisicki por 6-4 y 6-3, en una hora y 24 minutos.
“Es complicado, pero la temporada es así y no hay excusas. Vencer en dos Grand Slam es un reto muy difícil. Todos tenemos que afrontar ambos torneos a nuestro mejor nivel”, dijo tras el encuentro la rusa. EFE
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