En el partido que se desarrollaba con altos niveles de profesionalismo, el estadounidense rompió el protocolo al invitar a una pasabolas a medirse con Lapentti.
Posteriormente, el tenista ecuatoriano respondió invitando a la cancha a un sobrino de unos siete años que terminó ganándole un punto a Sampras.
Los innovadores cambios ocasionaron el delirio de los 9.000 aficionados presentes en el coliseo Voltaire Paladines Polo, de Guayaquil.
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