sábado, 4 de noviembre de 2017

Nadal opaca su exitoso año por lesión en la rodilla

Los problemas en la rodilla derecha de Rafa Nadal han empañado su sensacional temporada de 2017, pues le han obligado a retirarse en los cuartos de final del Masters 1.000 de París y han dejado en el aire su participación en la Copa de Maestros de Londres, uno de sus grandes objetivos del año.

Seis títulos ganados en 2017, entre ellos los ‘grand slam’ de Roland Garros y el Abierto de Estados Unidos, y su regreso al número uno del mundo han supuesto para Nadal un impresionante logro que muchos dudaban por su edad y sus recurrentes problemas físicos.

Nadal, de 31 años, amarró el número uno hasta finales de este año en el Masters de París del que se acaba de retirar. Lo logró al batir en primera ronda al surcoreano Hyeon Chung por 7-5 y 6-3. Así, el tenista mallorquín completó un nuevo capítulo que pasará a los anales de la historia del tenis: se convertirá en el jugador de mayor edad en acabar el año al frente de la ATP. Pero los problemas físicos, que le habían hecho saltarse el torneo de Basilea en octubre, se reprodujeron anoche en el duro partido ante el uruguayo Pablo Cuevas. El número uno del mundo comenzó a sentir molestias en el segundo set y se colocó una venda para sujetar mejor la rótula derecha. “Ayer el dolor durante el partido fue demasiado, pero no era el momento de parar. No me gusta parar en el medio del partido”, señaló en la rueda de prensa que anunció su retirada. Nadal debía medirse en los cuartos de final al serbio Filip Krajonovic, 77º del mundo. El espíritu competitivo del español le llevó a vencer el duelo ante Cuevas (6-3, 5-7 y 6-3) en dos horas y 20 minutos, pero las consecuencias para su rodilla derecha son imprevisibles.

De momento, el objetivo de ganar el torneo de pista dura y cubierta del Masters 1.000 de París, que nunca alzó, queda en suspenso, tal y como la disputa del Masters de Londres, que tampoco nunca venció y que sería la guinda que le faltaba al impresionante currículo del mallorquín.

“Para mí es un día muy duro. No es un buen día para hablar de Londres”, aseveró Nadal, quien, anoche, después del partido ante Cuevas, ya había mostrado su contrariedad por las insistentes preguntas sobre su rodilla vendada.

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